El acero galvanizado es uno de los principales materiales que se utilizan en la fabricación y el diseño de diferentes tipos de componentes industriales. En este artículo te explicaremos los diferentes usos del acero galvanizado y sus principales características.
Características principales del acero galvanizado
Este tipo de acero está formado por una capa de zinc, a partir de la cual es posible conseguir una protección extra contra la corrosión atmosférica. Este proceso fue investigado por un médico y un físico italiano, conocido como Luigi Galvini. Él se dio cuenta de que era posible recubrir un metal con otro, consiguiendo que el de carga mayor se depositara sobre el de carga menor. El proceso de galvanizado no deja de ser un electroquímico, permitiendo revestir las diferentes capas de metal.
Su uso principal es la fabricación de componentes industriales, como por ejemplo las estanterías metálicas. Con el paso del tiempo, cada vez es más frecuente que encuentres mobiliario del hogar fabricado a través de diferentes tipos de procesos de galvanización. Uno de sus principales beneficios es dotar a todos los productos de un toque mucho más moderno y atractivo.
El acero es un material formado por una aleación de carbono y de hierro. En el caso del galvanizado, se da un tratamiento final con diferentes capas de zinc. A través de este procedimiento es posible conseguir un acabado mucho más duradero, ofreciendo una mayor resistencia contra las ralladuras y una capa de protección contra la oxidación. Por esta razón, no es de extrañar que su uso haya crecido en los últimos años, de acuerdo con los últimos datos de la Asociación Española del Galvanizado.
Un material que se empezó a usar en el siglo XVIII
Las primeras etapas de la historia ya destacan por el uso de diferentes minerales como el cobre, el bronce o el hierro, entre otros. Sin embargo, la corrosión era uno de los principales problemas de utilizar este tipo de materiales. La primera solución llegó en 1742 de la mano del francés Malouin.
Este químico fue capaz de demostrar que la inmersión del acero en el zinc ofrecía una capa de protección realmente eficaz. Posteriormente, Stanislaus Sorel fue el encargado de desarrollar un procedimiento económico para ponerlo en práctica en 1836. En este sentido, el proceso de galvanización como tal lleva ya 200 años en activo, por lo que está completamente perfeccionado.
Los principales tipos de galvanizado que puedes encontrar
En la actualidad, es posible fabricar acero galvanizado a través de diferentes tipos de procedimientos. Algunos de los más destacados son los siguientes:
- Galvanizado en caliente: con esta opción se sumerge el acero con el zinc hasta llegar a una temperatura de entre los 435 y los 450 grados. A estos niveles es posible fundir ambos tipos de metal consiguiendo un proceso de fusión casi perfecto. A lo largo de este proceso se van creando varias capas de aleación, con el objetivo de lograr el espesor óptimo. Es el tipo de galvanizado que ofrece una mayor resistencia, por lo que es recomendable elegirlo cuando son productos que vas a utilizar al aire libre.
- Galvanizado en frío: para usar esta técnica es necesario el uso de pinturas que tengan un alto porcentaje de zinc. Puede usarse para proteger determinados productos, o para subsanar cortes o quemaduras. Sin embargo, la capa que se acaba produciendo es de un grosor menor. En este sentido, su resistencia ante los golpes también es menor.
- Galvanizado zincado: finalmente, el acero es revestido con zinc transfiriendo diferentes iones de tipo metálico. Para ello, es necesario que incluyas un equipo especial permitiendo el flujo de corriente continuo para crear la capa galvanizada. Pese a que la capa de protección que se creará será menor, sí se logrará un acabado más estético.
Ventajas principales del acero galvanizado y sus aplicaciones
Llevar a cabo este proceso de galvanización en el acero es altamente recomendable y aporta una serie de ventajas que debes tener en cuenta. Para empezar, ofrece una enorme resistencia a la corrosión. De esta forma, tanto la humedad como los cloruros y los sulfuros no penetrarán en el acero.
Adicionalmente, es un material de una alta resistencia. De hecho, se calcula que en entornos que haya una gran corrosión puede durar hasta los 25 años. Sin embargo, en lugares más normales, su vida útil puede llegar a ser de 100 o de 150 años.
Su acabado estético y brillante también es un elemento a tener en cuenta. Además, esta apariencia se mantiene en el tiempo, por lo que el mantenimiento que tendrás que darle será mínimo. Su manejabilidad y sencillez también es otro de sus beneficios. Lo puedes soldar, atornillar o pintar con todo tipo de piezas. Asimismo, también es posible reciclarlo sin ningún tipo de problema.
Un acero con una gran variedad de propiedades
No obstante, sus propiedades van mucho más allá. Destaca por ser un material con una enorme ductilidad, y una alta fuerza ante cualquier tipo de daño mecánico. Es altamente resistente a todo tipo de tracciones, así como con una buena elasticidad y alargamiento. Por ello, su polivalencia lo convierte en una opción ideal para que puedas usarlo en múltiples proyectos, asegurándote muy buenos resultados.
En líneas generales, los usos principales del acero galvanizado tienen lugar en el sector de la industria y de la construcción. Por ejemplo, este material está presente en productos como las láminas, los alambres de acero, las tuberías, los tornillos o las tuercas. Sin embargo, sus aplicaciones también llegan a los puentes, las carreteras o las vigas. También puede usarse como materia prima para el material eléctrico o diferentes tipos de accesorios de construcción.
Como conclusión, los usos del acero galvanizado son muy variados en el sector industrial y de la construcción. Es un material realmente versátil y polivalente que ofrece unos grandes resultados para cualquier tipo de proyecto. En Ferros Texar contamos con una gran experiencia manipulando este tipo de material. Ponte en contacto con nosotros y recibe un presupuesto de forma totalmente personalizada y adaptada a tus necesidades.